No es que sean mínimos comunes, le dan el mínimo a los comunes. Las élites políticas, es decir, los pocos, con los sueldos más altos de la región y del mundo, negocian 170 mil pesos por persona. Es decir, el mínimo para el común, aunque la comida aquí sea tan cara como en Londres o en otro país de los máximos.
Y así es como los comunes que ganan el mínimo terminan despreciando a los pocos que negocian y terminan eligiendo a la performer que expresa su rabia y desesperación aunque sea solo una actuación. Luego las élites que son unos pocos y hacen lo mínimo, se ofenden si les dicen que son ordinarios y violentos. Y comienzan a rotear a los comunes y les dicen que si acaso no comprenden lo que significa la política. Que dicen esas insolencias porque no se pudieron educar como ellos, en esas universidades donde solo entran los pocos, que son ellos, lo elegidos, los oligarcas y las capas medias que son los menos, los poquitos que sostienen su vida y su estatus y hasta su humor y su arte en el roteo a los comunes, que deberían agradecer el mínimo que le otorgaran.
Pero ¿si cualquier día los comunes llegaran a pedir lo máximo? Ese día los pocos que tienen todas las armas y todas las balas pondrían en pausa la democracia que los comunes no valoran y no entienden y lo harán en nombre de la Paz, que no es otra cosa que cuando los menos, los pocos, los mínimos, le van ganando la guerra a los más.
Su Opazo
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